Experiencias

El Imparal: cultivo de emprendedores solidarios

Estudiantes del colegio rural El Imparal de Supatá, Cundinamarca, participaron activamente en el proyecto Semillas Cooperativas y descubrieron una oportunidad para potenciar sus emprendimientos uniéndose con sus compañeros en cooperativas juveniles productivas

 

El Imparal está ubicado en la vereda del mismo nombre, a la que se llega desde el municipio de Supatá, luego de recorrer una vía rural rodeada de imponentes montañas con gran riqueza hídrica y paisajes exóticos de hermosas cascadas.

El colegio congrega niños, niñas y jóvenes empoderados y orgullosos de su territorio, su cultura y sus prácticas agrícolas -en las que participan con sus padres y madres- así como de saberes y sabores ancestrales compartidos por sus abuelos

 

Durante el desarrollo de los talleres de cooperativas, los estudiantes tuvieron la oportunidad de comprender la importancia de las cooperativas infantiles, juveniles y escolares, como alternativa viable y eficaz para unir esfuerzos y dinamizar su economía en torno a los emprendimientos existentes en el plantel, ya que los estudiantes desde sus primeros años, además de las clases convencionales, reciben una dinámica formación técnica en panadería al tiempo que son guiados por los docentes a gestar sus propios emprendimientos. 

De esta forma, combinando dinámicas lúdicas y participativas, los estudiantes rurales de diversos niveles pudieron relacionarse de cerca con la economía cooperativa y solidaria y el cooperativismo; y, entre todos socializar sus visiones y compartir sus sueños y sus  aprendizajes sobre cómo fundamentar sus propias cooperativas. Una nueva experiencia de educación cooperativa para la niñez y la juventud.

 

Emprendiendo durante la jornada escolar

En preescolar y primaria, los niños emprenden de manera conjunta en torno a la huerta escolar con el cultivo de hortalizas, frutas y verduras que va transitando al de suculentas y aromáticas en la medida en que ascienden a grados superiores. Las plantas son vendidas, intercambiadas o, en el caso de las suculentas, entregadas como souvenirs en celebraciones especiales. 

En básica secundaria, los estudiantes incursionan en diferentes emprendimientos solidarios como la panadería Amasando Sueños, donde adquieren destrezas en la elaboración de panes, mantecadas, brazos de reina y churros, los cuales son comercializados posteriormente con la comunidad educativa en los recreos y celebraciones. También están incursionando en la producción de escobas, como otra opción de emprendimiento. 

Y, un reporte especial merece la cooperativa Manos Emprendedoras, una cooperativa de chocolates de niñas y niños de 7° grado, que deleita con chocolatines de diversas formas y sabores a estudiantes y profesores en los descansos. 

Y, ojo, dado que las niñas y los niños y los jóvenes saben cultivar el cacao por cuanto   ayudan a sus padres y madres con el cultivo del cacao hasta que es vendido en pepa, en condiciones de inferioridad a los comerciantes, aparece el vínculo entre las dos realidades: es necesario y posible que la comunidad campesina de El Imparal pueda crear su cooperativa de cacaoteros para comprar toda la producción de la vereda -y quizás de otras veredas y municipios cercanos- y desarrollar el procesamiento agroindustrial del cacao y producir, allí mismo, el chocolate que consumimos en las comidas y el chocolate que las niñas y niños de la cooperativa Manos Emprendedoras convierten en chocolatines.  

En los grados superiores, la creatividad emprendedora de los jóvenes les induce a generar sus propios productos como parte del requisito de grado. Iniciativas en torno a la elaboración de mermelada de naranja, café molido, licor de café, producción de miel angelita, entre otros. Formar sus cooperativas juveniles productivas en torno a sus emprendimientos, les permite a los jóvenes supateños dinamizar la economía con productos propios de su región, garantizando así la sostenibilidad del campo colombiano en manos de las nuevas generaciones.

Sin duda, la dinámica del taller de periodismo cooperativo es un componente del proyecto que llamó la atención de los estudiantes a partir de la conformación del equipo de periodistas escolares, conformado por ellos mismos de manera libre y voluntaria. Entrevistar a sus compañeros y profesores, manipular cámaras para tomar registros de imagen, audio y video, coordinar logística y proponer los temas pertinentes, fue una experiencia inolvidable de co-creación para los participantes del ejercicio periodístico. 

Es tal su motivación, que está abierta la iniciativa de crear la cooperativa escolar de periodistas de El Imparal, con la que pueden ofrecer servicios de información, trabajos de investigación y productos de mercadeo y publicidad a las demás cooperativas infantiles y cooperativas juveniles productivas que vayan naciendo en el colegio, e incluso a los campesinos de la vereda.

Al final de los talleres, los estudiantes acogieron su compromiso de recrear ideas de servicios y productos para organizar sus cooperativas y compartir en comunidad y mantener viva la llama de la asociatividad solidaria en su entorno.

Etiquetas: Sin etiquetas

Los comentarios están cerrados.